[...Mi alma está hecha de luz y tinieblas. No sabe de brumas...]
martes, abril 22, 2008
Tiempo
El tiempo no es real...
Es solo una ilusion...
Una ilusion, un juego de mascaras, un acuerdo, un concepto formado y concebido para atarnos a la moratilidad finita. Un tablero sobre el cual esparcir piezas, sobre el cual establecer normas, premios y castigos. Un escenario tal vez necesario, tal vez imprescindible si lo que se pretende es que nadie se cuestione las reglas.
El tiempo... el tiempo lo es todo, rige nuestras vidas las libera y las esclaviza; las ordena y las regula. Colocando en filas ordenadas los anhelos y los resentimientos nos ata a un pendular eterno de vivencias, de segundos que tienden a esclavizarnos de ideas que mueren y nacen pues el tiempo es pasado y es futuro y ambos conceptos son siempre lejanos siempre intangibles siempre escurridizos.
Pero tambien es presente... aunque claro, a quién le importa el presente.
Solo a los locos, solo a los inconscientes... Eso nos enseñaron, eso nos enseñan, a vivir sin vivir; a existir siempre en un plano de potencialidad, de probabilidad, a nacer esperando a morir.
Pero el tiempo no es real...
No lo es, y sin embargo domina nuestras vidas con paso mas o menos rápido, con lazos mas o menos firmes. Y resulta tan difícil... es tan complicado sacudirse los segundos acumulados como polvo sobre nuestras espaldas, es tan agotador caminar a contracorriente, esquivando las mareas de días que arrementen contra nuestro pecho; que el sencillo hecho de simplemente ser, de sencillamente vivir, requiere un esfuerzo de voluntad extraordinario.
Es tan solo una ilusión...
Tan tentadora... que casi pareciera real, que casi pareciera tangible. Y su encanto es tan poderoso, y su influjo tan atrayente, que a menudo es imposible desprenderla de nuestra retina.
Será que me crecen las lunas en las pupilas y se me llenan las manos de copos de nieve en pleno abril.
Será que a veces no me lo creo, que a veces me lo creo cuando no debo o será que no doy tres pasos sin tropezar con cinco de las razones que me tienen atada a tus manos.
Será… será que aprendí por fin a no dormir sola. Será… será que son solo besos de lo que me alimento al despertar y será… será que es hoy mi espalda la que anhela las verticalidades.
Será… y pudiera ser, que remate con versos del revés mis profecías; que atiné a no esperar justo en el momento preciso para no llegar tarde cuando no debiera.... Y será… será que vuelvo a sentirme de alguna forma entera, repartida compartida, anhelada y completa.
Inusitadamente completa...
Que altero mis prioridades, que profano los sueños que solo tenían que ser sueños y me salto los pasos sin intención alguna de ordenar las huellas al andar. Será… y podría ser, y resultaría tan grato… que una vida entera no me bastaría para siquiera imaginarlo...
Y será y tengo seguro que será. Hoy y siempre.
Porqué en un segundo fui capaz de comprender que siempre es una palabra que no tiene fin... Y tal vez puede ser, podría ser tal vez eso lo que quiero.... que no tenga fin. Que llegue un momento en el que no sea capaz ni de recordar el inicio, que simplemente sea; en el sentido más amplio, en el sentido más verdadero de la palabra. Que por si solo albergue el poder, que por voluntad propia se desligue del tiempo y la mortalidad.
Dando un salto me enredo en uno de esos traspies. Sumergida entre posiciones verticales añorando las perpendiculares sobre mi vista; extrañando espirales y oblicuidades me deshago en uno de esos suspiros... Uno de esos que contienen preguntas y respuesta a partes iguales... Uno de esos que llevan bordados en el envés versos de canciones, uno de esos que huelen a lavanda... el olor de la memoria, el olor de los recuedos, el olor de cajones llenos de cartas de letras de canciones y poesias inconclusas... Que acaso nunca tuvieron intención de ser terminadas, tal vez no en esta primavera, tal vez no este año... tal vez no en esta vida..... tal vez nunca.