Mares y sueños

Escogiendo las palabras, si pongo cuidado, puedo llegar a tener las letras justas para hacerte una canción, que supongo empezaria con algo así como...

Mis dedos fríos buscaron, hasta dar con tus ojos de espuma, tus andares, tus formas intentando contener un mar embravecido...

Porque, de repente, le dio al mar por enfurecerse, y con casi rabia, me busca las vueltas para darme de bruces con todas mis predicciones. Tejí un sueño de profecías, hasta conseguir la red perfecta para filtrar las emociones, conjurando las casualidades y haciendo del azar una nueva forma de estructura acaso no líneal, por contra helicoidal.

Descubro en un día a día, mezclado de soles y nubes que aún podría pasar... que tal vez mis últimas esperanzas, aquellas que creí muertas, tan solo se encontraban en standby. Y podría pasar, podría pasar... Y resultaría fácil, tan fácil...

Pero no corras mi niño, antes has de saber unas cuantas cosas acerca de mi. Antes deberías de leer todas las advertencias que colgué de mis ventanas; antes tienes que mirarme a los ojos y fijarte en lo que duerme en el fondo. Antes deberías respirar hondo y llenarte los ojos de luz.

Y si despues de eso, aún te crees lo suficientemente fuerte, si tras entenderlo todo, aún te quedan ganas de tirar paredes hechas de miedos y agujerear tapices de prudencias; si tras verme encendida bajo la noche, aún puedes recoger todas mis lágrimas sin quemarte las manos, y en un alarde de valentía piensas que mi corazón, no está tan velado, ni mi pecho tan frio...

Entonces y solo entonces puede que nos perdamos en el fondo de un vaso de cerveza...

Y puede ser que te preguntes a que vienen mis silencios, mis quiebros, mis desaires sembrados de sonrisas y mis maneras de sal... que mis momentos se escriben sobre mojado y aún no ha llovido lo suficiente. Me pierde la impaciencia, me pierde el hambre y pliego sobre las tentativas la duda.

Y de nuevo muerdes mis palabras haciendome creer... y lo que no sabes es que hace años que me esfuezo por dejar de creer en tantas cosas... que anudadas a las costillas llevo las gotas de rocio que alguien intento arrancarme un día de la piel. Y enquistadas en mi pecho, mil semillas de Diente de León se encienden al alba, desde que alguien trato de atarme los sueños a los pies.

Pero eso ya paso... lo se, y te lo puedo decir con los ojos serenos sin soltar una sola de mis sonrisas, no vaya a ser que se tornen en lágrimas.

Pasó y empieza a no tener caso, ni dolor...


Ahora... ahora ando atrapada en tu sonrisa, fingiendo sorpresa al verte capaz...

Me pueden las ganas y en un desliz te susurro que te creo, y que de nuevo me devolviste el sueño.

soñado por Aislyng sobre las 10:22