lunes, noviembre 26, 2007
Sin título - 7
Me pudo la noche. Y en un momento de descuido y debilidad infinita, te deje encender la luz.
Lo que no alcanzé a calcular, con demasiada estupidez por mi parte; es que al hacerlo se me iban a fundir todas las bombillas de mi habitación...
Las bombillas pueden cambiarse pequeña...
Cuando han dejado de brillar e iluminar, aparecen otras que te hacen recordar que la llama siempre está encendida.
Besitos
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