lunes, septiembre 05, 2005
De nada, el placer ha sido mio
Hay momentos que nunca terminan, que nacen y mueren una y otra vez de forma interminable. Momentos que se quedan prendados en una palabra, en una cancion, en un olor o en una mirada; y no hay más que sentir un leve atisbo de presencia de alguna de ellas para volver a ese punto en concreto. Y si, los hay que son solo dolor, pero tambien los hay tremendamente dulces y llenos de intimidad.
Y existen personas capaces de retener esos momentos, de hacerlos girar y bailar entre sus manos.
Hoy se me juntan los desvelos con las ganas y los nervios con los quiebros en las miradas. Pero la sonrisa se me llena al sentir un abrazo, el pecho al oír un gracias y los ojos al recordar; al sentir uno de esos momentos especiales que todos tendemos a olvidar, al entenderlo todo en un minimo gesto. Al saber que mi vida, esa a la que tanto esfuerzo me ha costado llegar, esa por la que tanto he buscado sin darme cuenta de que siempre ha estado en el mismo sitio, la misma por la que lloré al creerla muerta... sigue en su sitio.
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