[...Mi alma está hecha de luz y tinieblas. No sabe de brumas...]
lunes, agosto 22, 2005
Es sencillo, simplemente no me apetece...
Hoy es de esos días en los que el silencio es lo único que deseo, lo único que practico. Me comporto como si estuviese a la espera de algo. Callada, con metódica calma cumplo mis tareas. Irritable, respondo ante cualquier pregunta. Hoy no quiero hablar, hoy mi boca esta vacia, hoy no estoy para nadie. Y no es que esté enfadada, ni decepcionada, ni triste, ni siquiera aburrida... simplemente hoy no me apetece hablar.
En días como estos solía coger la puerta y salir a andar a pasear por calles atestadas de gente; saltando de conversación en conversacion, veía la vida como un inmenso cuadro hecho a base de retazos y momentos perdidos, de silencios encadenados y respuestas al azar. Imaginaba otras vidas, jugaba a crear pasados a inventar situaciones, me entretenia recordando y embelesándome en escaparates llenos de colores.
Desconectaba de mi vida, me aislaba y me deshacia en el bullicio, para volver a casa andando en silencio, sola, cuando la noche caía y ya no quedaba nadie...
La soledad es un sentimiento curioso y peligroso, pues una vez te acostumbras a ella corres el riesgo de que te guste.
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