Dandelion

[...Mi alma está hecha de luz y tinieblas. No sabe de brumas...]


jueves, julio 07, 2005

De lo cotidiano

Y sin fuerzas el sol me levanta de la cama, medio dormida, a tientas busco ese pequeño pensamiento que se me quedo a medias sobre los labios antes de sumergirme en la noche...

Tiempo... que se me va... que me lo arrancan de las manos... días que no parecen días y segundos que no parecen irse nunca... tiempo para perderme...

Hace calor, todo está lleno de gente y el metro tiene ese inconfundible olor a cerrado a angustía; de color gris acero son los ojos que me mira al pasar...

Mis pasos vacilan al marcar la dirección, mis músculos cansados; mis ojos, aburridos miran sin ver apenas más allá de los zapatos de esa señora encajada en el asiento, su voz, su idioma de vocales arrastradas y acentos cerrados, me sumen en el trance propio de la inapetencia, de la rutina...

Sobre mis manos una cita:

Nosotros los mortales, hombre y mujeres, devoramos muchas desilusiones entre el desayuno y la hora de la cena; contenemos las lágrimas, nos quedamos un poco pálidos y al contestar a las preguntas decimos: "No, ¡no me pasa nada!". Nos ayuda el orgullo; y el orgullo no es una cosa mala cuando nos impula a ocultar nuestras heridas..., en lugar de hacer daño a otros.

En mis oidos un grito constante me hace sonreir:


F.I.G.H.T... fight, fight, fight
F.I.G.H.T... fight, fight, fight

Ando de vuelta a ese lugar en el que mis huesos recuperan su posición, cierro los ojos y olvido, todo lo que he vivido y lo que no he conseguido vivir. Olvido mi cuerpo, olvido mi mente, alejo las dudas, las ilusiones, los inicios y los finales... aparto todo aquello que no sea oscuro y lento.

Lleno mi cabeza de números, de seres sin entidad, de visiones, de decisiones que nunca tomaré, de futuros paralelos creo las burbujas de humo que suben hasta reventar en el tendido eléctrico.

Imagen, sonido... el mundo de la ilusión, el arte del engaño, de fiesta se visten las miserias que se presentan en actitud reverente, casí sumisa, para servir al ideal de la sociedad del consumo.

Y yo, que aprendí a dejar de perderme en senderos sin final. Yo, que busco la sencillez, la lógica, la simplicidad absoluta que da forma a la calma y al sueño sin sueños, al ser simplemente... y ellos, que se empeñan en arrebatarme esa fórmula olvidada que hace de la vulgaridad la felicidad. Los mismos que buscan mi perdición repartiéndome de cartas desparejadas, los mismos que me incitan al juego y luego van de farol, me pierden con señas falsas y me enseñan la jugada cuando menos me lo espero...

No hoy, no, sea lo tenga que venir puede esperar a mañana....


soñado por Aislyng sobre las 21:39

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