Volviendo a levantar el muro las olas me sorprenden, hacen caer por tierra todo mi esfuerzo todo mi tesón, toda mi determinación, todas aquellas cosas que jure no volver a dejar entrar en mi pequeño universo.
Las historias que no han de acabar, la noche que nunca termina.
Lo siento.... no, de verdad yo no quería molestar, unicamente necesitaba saber si todo había terminado ya...
Yo solo buscaba un rincón tranquilo, un déjame caer de sueños y de emociones, un lecho sobre el que llorar y un hilo del cual tirar cuando no encontrase el sentido a mis desvelos.
Por eso soñe con
Dandelion, un lugar sin tierra, una página siempre en blanco, donde la existencia,
mi existencia, fuese totalmente relativa, totalmente anónima, totalmente irrelevante. Donde mis lágrimas no provocasen otras lágrimas, donde mis suspiros no fuesen oidos y mis palabras no resquebrajasen las baldosas del camino al caer.
Eso es Dandelion: mi ser desnudo, mi reflejo sin brillo ni maquillaje, mi vida hecha emoción y mi pena en prosa.
Me siento, respiro sin prisa sin ganas, hago un esfuerzo por recordar que solo soy yo y con determinación soplo... las semillas del Diente de Leon se alejan, se pierden...
Publicar un comentario
<< Home