[...Mi alma está hecha de luz y tinieblas. No sabe de brumas...]
viernes, agosto 20, 2004
Qué quién soy yo....?
Soy así, así de terca, así de rabiosa. A veces parezco mucho y otras demasiado poco. Pero no es así, no; no es asi como el espejo me devuelve mi reflejo; un reflejo traslucido y tenue, que a veces esboza una sonrisa de burla al mirarse y otras simplemente cuenta las lágrimas que caen en el vacio de unos ojos que creen constantemente que lo han visto todo y luego resulta que simplemente estaban engañados.
Así de triste y así de viva es mi vida, día a día encadenada a los horarios envuelta en notas de música que me acompañan, emborrachándome de vez en cuando, fumando casi siempre que necesito consumir los momentos que torpemente se van sin nombre, y sigo adelante como la única forma que tengo de vivir, como la única manera que ha de existir para nuestra vida.
Pierdo el tiempo constantemente preguntándome cosas sin sentido que han de perderse en las ruedas de un autobús. En cada vuelta una nueva duda no conocida, no nombrada, me asalta y rompe el hilo de mi lecturas que se hacen eternas y deliciosas, creando momentos de intimidad compartida observo mi reflejo en el cristal del autobús, ese interminable trayecto pintado de verde y gris que me transporta y me transforma en un nuevo ser a cada paso.
Se que soy fuerte, más de lo que pienso y menos de lo que piensa el resto, me enfrento a la vida a veces con resignación, obcecada en seguir adelante, dejando para más tarde la pregunta siempre a medias de porqué sigo adelante, de porqué me esfuerzo, porqué consiento que se me vayan los días sin tener conciencia de ello y de porqué dejo que la vida se me vaya entre el trabajo y las obligaciones... aunque en el fondo se que es lo único que me salva de esta locura... tener tiempo para ocuparlo, tener cuerpo para agotarlo y tener mente para agobiarla.
Y veo a la vida pasar por encima de mi cabeza rozando la parte de mi cerebro donde anida mi locura, mi pequeño ramalazo de rebeldía casi aletargado, cansado y preocupado; lo anulo en el día a día para no pensar, para ser capaz de cumplir con todo, para poder complacerlos a ellos que tanto esperan de mi, que tanto quieren que yo sea; hasta ser capaces de hacerme confundir mis deseos con los de ellos. Y así se me pasan los días pensando y pensando dando vueltas a los mismos temas hasta caer inconsciente en la cama por las noches deseando el sueño, añorando el olvido como único descanso para mis músculos doloridos, para mi cabea hirviente de sueño, cansancio y peleas. Con los días, con los horarios, con las ganas de gritar, con la rabia y las sonrisas a medias que sin darme cuenta me encuentran siempre por más que intente esconderlas.
Queriendo querer y evitando odiar, me planteo que habra más alla y si no va a ser verdad eso de que estoy perdiendo el tiempo, cuando podría perderlo igualmente de otras formas mucho más satisfactorias al menos.
Sintiendo la soledad de la unicidad de nuestra raza, me duermo soñando sueños imposibles, envuelta en mentiras y herida de verdades, creo volverme loca para darme cuenta de que simplemente confundo la locura con la felicidad.
Y desvanezco al pensar en ese beso que no fue dado y muero envuelta en pétalos de rosas marchitas al imaginar en mi corazón susurros que no fueron pronunciados... y anhelo aquello a lo que no quiero dar nombre para no romper el embrujo... y sueño despierta, y creo dormida que hay alguien más para mi, que hay algo que no soy capaz de ver, pero que suena su cantar en el horizonte y me hace levantar la cabeza del libro en el autobús y me hace confundir los tickets y los autobuses en un intento por provocar aquello que no se como se llama, y que me resulta absolutamente inevítale.
Jugando a ser quien no soy, modelo mi alma, la empequeñezco, la ato para que no sea capaz de alzar el vuelo por si sola y me haga salir de mi rutina, la única forma que conozco de poner los pies en la tierra...
Aunque todo eso ha de cambiar...
Y el día se levanta imponente y la luz se llena en mis ojos y el viento me hace girar, cantar, bailar y reir hasta no saber siquiera quien soy, hasta tener que inventarme a cada paso, hasta sentir la sangre de nuevo latir por mis venas y abrasarme en la rabia ciega... me hundo en mi propio grito mientras siento el corazon lleno de agua... y es en ese momento cuando me veo cara a cara con la vida, cuando la fuerza roza mis manos y soy capaz de alzar la vista... es en ese momento cuando el canto vuelve a empezar...
Ser yo, solamente yo. Ser fuerte, unicamente fuerte...